Tratamiento de Endodoncia
Endodoncia en Torre del Mar y Vélez-Málaga
La endodoncia sirve para para que las piezas dentales puedan ser conservadas en su totalidad sin que haya que recurrir a un proceso de extracción debido al deterioro o daño que posean.
¿Qué es la endodoncia?
Las endodoncias se realizan en piezas dentales con caries profundas, que propician la inflamación o la necrosis (muerte) de la pulpa dental. Otros motivos para la aparición de pulpitis o inflamación de la pulpa son algunos traumatismos, la abrasión, la erosión y el desgaste de los dientes por el roce entre ellos (por ejemplo debido al bruxismo) o la forma en que se realizan algunos tratamientos restauradores y los materiales que se utilizan en los mismos.
La pulpa dental es la parte más interior del diente, y donde se encuentran los nervios y los vasos sanguíneos.
La inflamación de la pulpa suele manifestarse con dolor, que puede ser de distintos grados y darse en distintas ocasiones: frente al calor o frente al frío, en determinadas posturas, al comer o beber, etc.
El tipo de dolor que sentimos es el que indicará al odontólogo si la endodoncia puede ser una solución a nuestro problema.
Este tratamiento se basa en el exterminio de la pulpa dental y el posterior sellado y relleno de la cavidad pulpar con un producto o material inactivo.
Los doctores que desarrollan esta especialidad odontológica se llaman endodoncistas.
En Clínica Dental Herrera contamos con la Doctora Irene Pérez.
En qué consiste el tratamiento de endodoncia
El procedimiento de la endodoncia consiste en retirar la zona dañada o afectada del diente (la pulpa), higienizarlo y desinfectarlo, y luego empastarlo y sellarlo. Las causas más comunes por las cuales la pulpa puede verse afectada son: agrietamiento de los dientes, profundidad en las cavidades, o incluso la repetitividad de un tratamiento dental.
Dicho de otra forma mucho más sencilla, una endodoncia es la manera de eliminar el tejido infectado, en el que se encuentran los vasos sanguíneos y los nervios de la parte interior del diente y reemplazarlo con un producto inerte, de tal manera que se acaba por completo con la infección y sensibiliza el diente.
Hace muchas décadas atrás, los tratamientos de endodoncia eran muy dolorosos para los pacientes. Sin embargo, debido a avances dentales y anestésicos locales, la mayoría de los pacientes han podido sentir mucho menos el dolor de una endodoncia actual, o incluso no sentir ningún tipo de dolor.
Un endodoncista debe realizar, de manera previa, una historia clínica completa del individuo y una evaluación subjetiva del dolor. Para esta evaluación, se ve implicado el tiempo, la zona y la intensidad con la cual afecta el dolor, entre otras cosas.
¿Para qué sirve una Endodoncia?
La endodoncia puede ser sumamente requerida cuando ha sido causado un daño invariable del nervio. Estos casos suelen ser muy comunes, tales como: caries muy hondas que atacan al nervio, grandes reconstrucciones de los dientes que desplieguen una pulpitis, traumatismos de gran magnitud que dejen al nervio totalmente expuesto, situaciones de gran hipersensibilidad al calor y/o frío durante el proceso de masticación, entre otros.
La endodoncia sirve para para que las piezas dentales puedan ser conservadas en su totalidad sin que haya que recurrir a un proceso de extracción debido al deterioro o daño que posean.
Además, es el último recurso que existe para que logres guardar en tu boca aquellas piezas dentales que posean alguna afección nerviosa en el nervio del diente y su periferia.
No existe algo mejor que el propio diente, y puesto que la extracción es un método o tratamiento definitivo, en las situaciones necesarias la endodoncia es el primer tratamiento o método que debe ser contemplado.
Este tratamiento odontológico es llevado a cabo con anestesia local, así que no sentirá dolor alguno.
Una vez que el paciente haya sido anestesiado en el área, los doctores comienzan a eliminar el tejido enfermo por caries hasta que pueda acceder al o a los nervios, dependiendo del diente que sea tratado.
Durante este proceso, el médico decidirá si será o no necesario que el individuo tome antibióticos, ya sea de manera previa o posterior al tratamiento, para que tenga mayor efectividad de curación o incluso por simple prevención a algún efecto secundario que pueda tener dicha intervención.